Tu primer triatlón puede ser abrumador, y puede ser difícil definir dónde puedes mejorar. Tanto si la carrera transcurre exactamente como habías planeado como si no, siempre hay cosas que puedes aprender. He aquí algunas cosas que hemos aprendido a lo largo de los años y que desearíamos haber sabido al empezar a competir.
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La preparación es la clave en tu primer triatlón
No puedes fingir en un triatlón, o al menos en uno del que te sientas orgulloso en el futuro y que exista realmente. Descubrirás que cuando te das el tiempo adecuado para construir una base y pasas por un ciclo completo de 8 a 12 semanas, tu resultado será mucho mejor que simplemente enlazar carrera a carrera sin una preparación previa.
La recuperación es tan importante como el entrenamiento duro
No alcanzarás tu potencial si te levantas dolorido todos los días, te echas siestas nebulosas por la tarde y alargas cada sesión al máximo. Aprender cuándo tu cuerpo necesita un día de descanso es mucho más importante que demostrarte a ti mismo que puedes terminar una carrera cuando realmente te encuentras mal.
El cuerpo, en última instancia, ve el estrés como una tensión, ya sea autoimpuesta (entrenamiento) o externa (la vida, la familia o el trabajo, etc.) Así que no tengas miedo de perder un día o aceptar que una carrera más corta tendrá que ser suficiente. Hay días en los que el entrenamiento planeado solamente perjudicará tu progreso, especialmente si te sientes cansado, estresado o agitado.
Sé realista con tus entrenamientos
La mentalidad de ”trabajar duro” es genial para las carreras, pero no necesariamente para el entrenamiento. Recuerda que trabajar duro es relativo, y te sentirás mejor (y serás capaz de trabajar más duro cuando lo hagas) si también aprendes a aceptar los días fáciles. Debes completar tus entrenamientos, y completarlos con confianza. Si te quedas tirado, fallas o no alcanzas tu ritmo objetivo, puede que estés apuntando demasiado alto.
Piénsalo así: ¿Por qué no hacer un ejercicio de preparación para un entrenamiento? Suena descarado, pero los días de descanso entre los entrenamientos están pensados para ser reconstituyentes y permitirte llegar a los entrenamientos preparado para rendir. Si no puedes cumplir con tus objetivos, entonces estás estableciendo una expectativa exagerada, o tu cuerpo no está listo para rendir después de tu último entrenamiento.
Crea un equipo
Los mejores deportistas del mundo parecen saberlo todo, pero son los primeros en dar las gracias al guía, mentor, entrenador o amigo que les ayudó a llegar al siguiente nivel. Establecer un récord mundial o un récord personal rara vez se hace en solitario, y tu tribu o equipo será, en última instancia, tu mejor baza cuando se trate de las ”cosas difíciles”.
Esto se convierte en la clave, especialmente cuando la duda entra en escena. Muchos han caído en una trampa de la que no pueden salir porque no han visto todas las opciones, o no pueden verlas desde su posición. Tanto los entrenadores jóvenes como los veteranos vienen con un punto de vista diferente, así que no rehúyas de ninguno de ellos: ¡también aprenden de los demás!
Forma un equipo que tenga en cuenta tus objetivos e intereses. El signo de un buen miembro del equipo es alguien que te ayudará a salir por la puerta cuando lo necesites, pero que también te contendrá cuando necesites descansar.
Los planes fallan, y eso está bien
Algún día tendrás una mala carrera: perderás tu récord, cometerás una locura en los últimos kilómetros o te equivocarás en una subida. La falibilidad es humana. Únicamente fracasamos de verdad cuando nos volvemos demasiado tercos para aprender de nuestros errores.
Compartir unas cuantas lágrimas y frustraciones de un DNF a menudo te llevará más lejos que simplemente trabajar más duro en lo mismo que te ha llevado al error. El fracaso es un maestro, no un castigo: la forma de aprovechar la oportunidad de aprender depende de ti. ¡Aprovéchala siempre que puedas!