7 consejos para entrenar con la bici en invierno

En muchos luga­res del país hace frío, sin embar­go, esto no tie­ne por qué ale­jar­te de la bici­cle­ta. Sigue estos sie­te con­se­jos para mejo­rar tus sen­sa­cio­nes duran­te el invierno.

1. Vís­te­te apropiadamente

Para man­te­ner­te calien­te duran­te un roda­je en invierno, pien­sa en tér­mi­nos de cabe­za, manos, pies y tor­so. La mayor par­te del calor cor­po­ral se esca­pa por la cabe­za, por lo que usar un pasa­mon­ta­ñas deba­jo del cas­co te ayu­da­rá a man­te­ner el calor. Usa guan­tes o de dedos lar­gos para pro­te­ger tus manos y cal­ce­ti­nes tér­mi­cos para man­te­ner los pies calien­tes. Si hace mucho frío, con­si­de­ra usar dos pares de cal­ce­ti­nes y usa cubre­bo­tas tér­mi­cos para evi­tar que el vien­to enfríe tus pies. Usa capas para man­te­ner el tor­so calien­te, inclui­da una cha­que­ta exte­rior lige­ra y trans­pi­ra­ble resis­ten­te al agua y al vien­to. Tam­bién ayu­da usar telas que absor­ben la hume­dad de la piel. Esto te ayu­da­rá a man­te­ner­te más seco y más cáli­do. Como regla gene­ral, usa calen­ta­do­res de pier­nas para pro­te­ger tus rodi­llas cuan­do la tem­pe­ra­tu­ra baje a menos de 10°.

2. Empie­za caliente

No comien­ces tu roda­je estan­do frío, ya que sino tus extre­mi­da­des se enfria­rán muy rápi­do. Comien­za tu roda­je con la sen­sa­ción de calor en tu orga­nis­mo. Toma una bebi­da calien­te en una habi­ta­ción cáli­da jus­to antes de salir. Esto te per­mi­ti­rá calen­tar­te más cómo­da­men­te en la bicicleta.

3. Sé visible

En muchos luga­res, los con­duc­to­res no espe­ran ver a triatle­tas en la carre­te­ra duran­te los meses de invierno. Usa ropa de colo­res bri­llan­tes, y usa reflec­to­res y luces, inclu­so si no es de noche. Pue­de ser difí­cil detec­tar triatle­tas con la luz del ama­ne­cer y el atar­de­cer, con lo que una bue­na luz de bici­cle­ta (por ejem­plo, una luz inter­mi­ten­te tra­se­ra) aumen­ta­rá sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te tu visibilidad.

4. Pla­ni­fi­ca tu ruta con anticipación

Siem­pre pue­de haber escom­bros en la carre­te­ra o las pis­tas fores­ta­les, sin embar­go, esto es más común duran­te los meses de invierno. Deter­mi­na tu ruta con anti­ci­pa­ción y ase­gú­ra­te de que está rela­ti­va­men­te libre de escom­bros y sea segu­ra para el ciclismo.

5. Pres­ta aten­ción al viento

Siem­pre que sea posi­ble, tra­ta de hacer la pri­me­ra mitad de tu roda­je en con­tra del vien­to y regre­sa con vien­to de cola. Esto te per­mi­te enfren­tar­te al vien­to en con­tra cuan­do estás fres­co y obte­ner el bene­fi­cio de un vien­to de cola en tu camino a casa. Esto es aún más impor­tan­te duran­te el invierno por­que te per­mi­te evi­tar el vien­to hela­do duran­te la segun­da mitad de tu sesión cuan­do estás suda­do y cansado.

6. Cui­da tu bicicleta

Entre­nar en invierno pue­de cau­sar estra­gos en tu bici­cle­ta, así que pres­ta aten­ción a su cui­da­do y man­te­ni­mien­to. Ase­gú­ra­te de lim­piar la bici­cle­ta, la cade­na, los engra­na­jes, los fre­nos y las llan­tas regu­lar­men­te. Eso sig­ni­fi­ca des­pués de cada sesión en con­di­cio­nes húme­das. Tam­bién sig­ni­fi­ca lubri­car la cade­na y los engra­na­jes con mayor frecuencia.

7. Usa el rodi­llo regularmente

No obten­drás un entre­na­mien­to muy efec­ti­vo en con­di­cio­nes de frío, vien­to, hie­lo o llu­via. Entre­nar en un rodi­llo te pro­por­cio­na un entorno más segu­ro para esos días en que las con­di­cio­nes meteo­ro­ló­gi­cas son más extre­mas, y ye per­mi­te lograr el mis­mo efec­to de entre­na­mien­to en menos tiem­po. Es muy efec­ti­vo para entre­na­mien­tos de alta inten­si­dad, así que pue­des com­bi­nar entre las sesio­nes de inten­si­dad baja en el exte­rior con las sesio­nes más inten­sas en el rodillo.