Actualmente correr por la montaña (trail) está cogiendo mucho peso en el mundo del deporte y cada vez se está transformando en una disciplina más y más popular.
El trail running está revolucionando el atletismo y los deportistas están subiendo altas montañas, que antes parecían inescrutables, en tiempos récord.
Esta novedosa modalidad del running puede parecer muy distante a nuestro deporte, pero si indagamos un poco en sus beneficios, encontraremos una alta cantidad de ventajas.
Tabla de Contenidos
Te permite hacer una transferencia de velocidad
Es muy interesante introducir sesiones de trail a nuestra planificación semanal. Estas sesiones nos pueden permitir, por ejemplo, realizar una transferencia de fuerza a velocidad en un día de series.
Si un par de días o el día antes de dicho entrenamiento, añadimos una sesión de trail haremos un trabajo muscular más intenso que el que realizamos en carrera a pie por asfalto o en llano.
Con lo cual, y con tal trabajo realizado, podemos transferir al día siguiente o al cabo de un par, ese esfuerzo a un entrenamiento destinado más a la velocidad.
El trail mejora tu fuerza para la bici
Ya sea haciendo bicicleta de montaña o trail, siempre la montaña nos pone en apuros y nos obliga a apretar bien los dientes y asumir las subidas dándolo todo.
Eso provoca un aumento de fuerza en los músculos de nuestras piernas, ya que les obligamos a realizar esfuerzos no tan veloces, pero sí más exigentes que cuando vamos en plano.
Muchos triatletas que han decidido añadir a sus semanas de planificación una o dos sesiones de montaña, dicen haber notado cambios en su fuerza en la bicicleta después de poco tiempo de estar probando la nueva modalidad (en unas 3–4 semanas).
Como antes comentábamos, eso es debido al estrés que supone para los músculos afrontar largas y/o intensas subidas. Haciendo que la fuerza de las piernas acabe por adaptarse a esa potencia.
Después de un tiempo realizando dichos entrenamientos, los rodajes en plano como los que podemos encontrar en un triatlón, se nos harán más fáciles; por la adaptación anatómica de nuestros músculos a la intensidad de la montaña.
Te prepara para los repechones de la carrera a pie
Muchos nos los hemos encontrado y siempre se hacen muy duros, esos pequeños (y a veces no tan pequeños) repechos en algunos momentos de la carrera a pie.
En esto también nos puede ser de ayuda el trail, puesto que siempre en él se encuentra el subir y el bajar como base.
Añadir un par de sesiones a la semana nos puede permitir hacer frente con facilidad a estos momentos difíciles de carrera, donde el cansancio nos puede jugar una mala pasada en la carrera a pie y sus variaciones del terreno.
Te ayuda a desconectar de tantos numeritos
Los triatletas hacemos muchos entrenamientos de calidad (como las series, en las tres modalidades). Esto nos obliga a tener un control exhaustivo de nuestros tiempos y velocidad, con lo cual nos pasamos mucho tiempo mirando nuestros relojes, GPS, potenciómetros y un largo etcétera.
El entrenamiento por montaña nos permite desconectar por un día de estos ritmos intensos y conectar con distintas sensaciones, fijándonos más en el entorno y en simplemente correr.
Por otro lado, en esas semanas de altas cargas de trabajo o estrés de cualquier otro tipo, es muy interesante acogerse a esta idea para alejarse de la rigidez de la planificación semanal.
El trail te obliga a trabajar distintas intensidades
La montaña tiene un terreno irregular que nos obliga a imponer diferentes intensidades a nuestras piernas, esto hace que no podamos mantener un ritmo constante.
Es un tipo de entrenamiento que puede ser muy útil a aquellos que no les gusta hacer series y prefieren no mirar su ritmo de carrera, manteniéndolo siempre estable.
El trail les permitirá trabajar a diversas velocidades e intensidades. Con lo cual les puede animar o serles útil para mejorar sus ritmos de carrera a pie.