Todos hemos sentido alguna vez la sensación de que nos quedamos atrás después de bajarnos de la bicicleta e iniciar la carrera a pie. Cuán incómoda es esa sensación de fatiga que no nos permite seguir apretando a nuestros rivales. Si eso es algo regular en tus carreras, en este artículo te contamos algunas posibles soluciones para ti.
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Qué son las transiciones
Las transiciones son los cambios que realizamos entre modalidades de deporte cuando afrontamos un triatlón o un entrenamiento. Sirven para enlazar las distintas disciplinas de este deporte. En ellas se hace un cambio de vestuario, normalmente, para dejar atrás los materiales que ya no nos son útiles y tomar los que vamos a necesitar para afrontar la siguiente disciplina.
En triatlón se habilitan unos espacios, típicamente, donde se realizan las dos transiciones, es decir: el paso de la natación a la bicicleta (T1) y de la bicicleta a la carrera a pie (T2). En el lugar donde se realizan tales cambios hay para cada atleta una localidad donde dejar las pertenencias que necesitará para su competición; las cuales debe ordenar correctamente para hacer más rápidas sus transiciones.
Un entrenamiento que incluye transiciones nos hace realizar en una misma sesión un mínimo de dos de los tres deportes del triatlón, para así hacer frente a este cambio de material y a la acumulación de fatiga generada por la unión de disciplinas.
T2: transición de bici a correr
Como antes comentamos la T2 es el cambio entre el ciclismo, al que dejamos atrás, y el correr, disciplina que iniciamos. Esta transición implica un cambio brusco en el movimiento de nuestro cuerpo, puesto que pasamos de un movimiento cíclico en el que casi no recibimos impacto a correr: deporte de mucha carga de impacto para los músculos y las articulaciones.
En entrenamientos de carrera a pie o competiciones de esta sola disciplina, puede que nos sintamos más frescos y seamos capaces de llegar a ritmos muy altos, a los que en competiciones de triatlón no logramos alcanzar. Eso es debido a la fatiga acumulada en la natación y la bicicleta, que nos dificultan alcanzar esos ritmos que nos pueden parecer “fáciles” en entrenamientos.
Para hacer frente a este desgaste, muchos profesionales (de larga distancia principalmente) realizan muchos o bastantes de sus entrenamientos de carrera a pie con una previa transmisión del ciclismo. Es decir, que recrean una situación de carrera y hacen el cambio rápido de materiales para iniciar el running con la fatiga de la bicicleta.
Beneficios de las transiciones
Los profesionales hacen tales entrenamientos para acostumbrar a la musculatura a estos cambios bruscos y al desgaste que implican. Con ello añaden fatiga a su entrenamiento y hacen aprender al cuerpo como desenvolverse en estas situaciones.
Es por ello que debes practicar y añadir a tus entrenamientos las transiciones; no practicamos tres deportes separados, sino que los unimos en uno solo y las transiciones son este nexo que no puede ser olvidado.
En los entrenamientos de carrera a pie debes buscar tu ritmo ideal, según tu pauta, para desenvolverte con rapidez y resistencia. Esta sensación y proceder debes aplicarlos al correr de tus triatlones y la única manera de hacerlo es enseñando al cuerpo a rendir igual en fatiga y con desgaste.
Ejemplos de transiciones para mejorar tu carrera a pie
Primero de todo es importante que adaptes un espacio, tan similar como puedas al de carrera, donde dejar los materiales que vas a ir utilizando para tus transiciones. Este debe ser cómodo y accesible para que puedas practicar la velocidad del cambio de materiales y para evitar espacios muy amplios de descanso, puesto que en carrera no los encontrarás.
Una conocida opción para practicar las transiciones es realizar un triatlón olímpico completo con algunos compañeros de equipo. Con ello, a parte de la diversión de hacerlo en compañía, podrás vivenciar lo que implican estos cambios de modalidad rodeados de gente. También acumularás la fatiga de los altos ritmos de cada disciplina y tendrás que afrontar la carrera a pie con un cansancio similar al de competición.
Otra opción es que realices diversas transiciones T2, esta sesión se conoce como multitransiciones. Para ello, debes escoger un recorrido corto: de unos 5km en bicicleta y unos 2km corriendo. La idea de este entrenamiento es que repitas el mismo circuito unas 3–4 veces con un descanso entre series. La transición entre el circuito de bicicleta y la carrera a pie debe ser rápida, para afrontar el último segmento con el máximo de fatiga acumulada. Al finalizar las dos modalidades, puedes hacer un descanso y recolocar todos los materiales de la transición para afrontar las series restantes.