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Aprende un poco de hidrodinámica para mejorar tu natación

Aprende un poco de hidrodinámica para mejorar tu natación

(Qué buen ejemplo nos presenta el delfín)

Igual a como en el ciclis­mo y en el run­ning encon­tra­mos la aero­di­ná­mi­ca debi­do a la resis­ten­cia del aire, en la nata­ción encon­tra­mos la hidro­di­ná­mi­ca por nues­tra expo­si­ción a la resis­ten­cia del agua.

La hidro­di­ná­mi­ca es la posi­ción del cuer­po en el agua que gene­ra menos resis­ten­cia y per­mi­te un nado más fluido.

Tabla de Contenidos

La base de la hidrodinámica: el principio de Bernoulli

Antes de entrar en el teo­re­ma de Ber­nou­lli, te dire­mos que la pro­pul­sión es ese movi­mien­to que hace­mos con pier­nas y bra­zos para avan­zar por el agua (en este caso), ven­cien­do la resis­ten­cia que genera.

Aho­ra sí…

El teo­re­ma de Ber­nou­lli nos dice que, en el prin­ci­pio de pro­pul­sión, tus manos ejer­cen de cor­te res­pec­to al agua. Eso pro­vo­ca que cuan­do el líqui­do pasa por enci­ma de ellas, gene­ra dife­ren­tes velo­ci­da­des a su paso: de mane­ra más rápi­da por enci­ma de los nudi­llos que por deba­jo de la palma.

Esto hace que, por la dife­ren­cia de pre­sión, la mano se vea afec­ta­da por una fuer­za ele­va­do­ra. Esta fuer­za inter­ac­túa con otra, que es la de resis­ten­cia (al avan­ce de la mano a tra­vés del fluido).

Teorema de Bernoulli
(Teo­re­ma de Bernoulli)
Esta unión de fuer­zas es la que te per­mi­te la pro­pul­sión hacia delan­te a tra­vés del agua.

Un buen ejemplo de la hidrodinámica: el cuerpo de un delfín

La pos­tu­ra y mor­fo­lo­gía de un del­fín per­mi­ten una menor resis­ten­cia al agua que le hace ser más efi­cien­te al mover­se a tra­vés del flui­do.
Hay esti­los de nata­ción que inten­tan el movi­mien­to que rea­li­za el cuer­po y la cola del del­fín: como el esti­lo mari­po­sa con la pata­da y la ondu­la­ción del cuerpo.
La poca resis­ten­cia al agua de un del­fín nos ha dado pis­tas de cuál sería una bue­na pos­tu­ra cor­po­ral para ser más hidrodinámicos. 
(Qué buen ejem­plo nos pre­sen­ta el delfín)

Lo que debes considerar para mejorar tu propulsión

Como avan­za­ba­mos, la posi­ción del cuer­po es cla­ve para tener una bue­na hidro­di­ná­mi­ca. Con lo cual, si sigues unos pasos con­cre­tos pue­des lograr una resis­ten­cia menor al agua.

Pri­me­ro de todo el enco­gi­mien­to de hom­bros te per­mi­ti­rá, siem­pre que rela­jes la espal­da, cubrir tus ore­jas con los del­toi­des y con par­te de tu bra­zo. Si las manos se jun­tan, blo­quean la cabe­za entre las dos extre­mi­da­des superiores.

(Posi­ción hidro­di­ná­mi­ca de las manos)

Para ello, las manos no se pue­den unir de cual­quier mane­ra; es nece­sa­rio que sigan unas pau­tas. Las manos deben estar sobre­pues­tas una enci­ma de la otra: pare­ce sen­ci­llo, pero no es sim­ple­men­te colo­car­las, sino que con­sis­te en apo­yar una enci­ma de la otra con la supe­rior bajan­do el pul­gar, para man­te­ner blo­quea­do cual­quier movi­mien­to de la unión.

Final­men­te una últi­ma par­te indis­pen­sa­ble para man­te­ner una bue­na hidro­di­ná­mi­ca, es rea­li­zar el blo­queo que per­mi­ten las posi­cio­nes ante­rio­res, pero sin gene­rar una ten­sión exce­si­va, sinó de mane­ra rela­ja­da. Si la posi­ción es dema­sia­do ten­sa, el movi­mien­to que se pue­da gene­rar para con las ondu­la­cio­nes que tu cuer­po nece­si­ta hacer duran­te el nado, será muy mínima.

(Hidro­di­ná­mi­ca de la natación)

Ondu­lar se te hará más fácil si no blo­queas la par­te supe­rior de la colum­na ver­te­bral ya que te per­mi­ti­rá que la cabe­za y los bra­zos deven­gan una unidad.

Aun­que los pasos a seguir para ver­te expues­to a menor resis­ten­cia parez­can sen­ci­llos, no siem­pre es fácil no come­ter erro­res en la téc­ni­ca de nado.

Si tus pier­nas no gene­ran una línea con tu cuer­po y que­dan por deba­jo, ya esta­rás gene­ran­do mucha más resis­ten­cia. Es muy impor­tan­te que la posi­ción de tu cuer­po sea una línea rec­ta com­ple­ta y debes evi­tar movi­mien­tos late­ra­les, pues­to que gene­ran más rozamiento.

Por otro lado, tu posi­ción de la cabe­za es muy impor­tan­te, pues­to que si no está ali­nea­da con tu espal­da, el agua cor­ta­rá fue­ra del cen­tro de tu espal­da, gene­ran­do más rozamiento.

Final­men­te, la entra­da de las manos es cla­ve: los bra­zos deben entrar casi total­men­te exten­di­dos y hacer un movi­mien­to que no ele­ve el codo en exce­so, pues­to que podría gene­rar mucha más resis­ten­cia o no per­mi­tir­te hacer la fuer­za correspondiente.

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